lunes, 4 de septiembre de 2017

Padre Joshua María: La Cruz es nuestra consolación

La Cruz Es Nuestra Consolación
Por el Padre Joshua María de la Santa Faz




Entendido en el sentido espiritual, la señal de la cruz en nuestra frente servirá como protección contra la casi total destrucción de los enemigos de Dios quienes han infiltrado a Su Iglesia y La convertieron en una abominación y han desviado inumerables almas; profetizado en el capítulo 9 del Libro de Ezequiel (adjunto). El significado de “la señal de la cruz” quizás alude a las palabras de nuestro Señor Jesucristo cuando dijo:
Entonces, dijo a sus discípulos: “Si alguno quiere seguirme, renúnciese a sí mismo, y lleve su cruz y siga tras de Mí. (Mateo 16:24)

Y convocando a la muchedumbre con sus discípulos les dijo: “Si alguno quiere venir en pos de Mí,
renúnciese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. (Marcos 8: 34)

Y a todos les decía: “Si alguno quiere venir en pos de Mí, renúnciese a sí mismo, tome su cruz cada día, y
sígame. (Lucas 9: 23)

“...en la frente.”

Si dichas palabras tienen un sentido material, no tienen nada que ver con la verdadera vida Cristiana. Igual que la protección de Dios sobre las almas que aceptaron Sus enseñanzas y conducta moral cuando el “exterminador” pasó por encima de ellas en Egipto, puede que aprovechará la señal de la cruz en la frente de ellos los cuales están sinceramente con Él como una señal de identificación para saber en quienes confiar como personas en el servicio de Dios cuando sus enemigos están reclamando lo mismo.

En referencia a los versículos citados arriba, el hecho que nuestro Señor estaba dando dichas condiciones a cada alma en esta vida terrenal es innegable. Si miramos de nuevo a cada uno de los versículos, Mateo simplemente manifiesta las tres condiciones para seguirle a “sus discípulos”. Marcos añade “la muchedumbre con sus discípulos” y Lucas añade aún más “a todos” y también con las palabras “tome su cruz cada día”. Véase la profecía de Ezequiel (también ayuda leer las correspondientes notas a pie de página) en lo que concierne esta particular advertencia que forzosamente tiene que atribuirse a esta época cuando los enemigos de Dios parecen haberse sobrepasado en audacia; lo cual Dios no va aguantar por mucho más tiempo. Y a todos los que “entierran sus cabezas en la arena”, pensando que les queda tiempo para rectificar sus vidas “más tarde”, ¿qué más necesitamos como prueba que cada uno de nosotros tendrá que dar una cuenta a Dios cuando nadie está a nuestro lado?


Padre Josué Maria

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